domingo, 21 de agosto de 2011

Carne de opinión



"En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario."

George Orwell


Mentiras. Mentiras políticas, mentiras informativas, mentiras manipuladoras, mentiras de odio, mentiras de educación, mentiras piadosas; en el fondo, todo mentiras. Pero bueno, una vez te acostumbras tampoco está tan mal; de hecho hay mentiras tan buenas que merecen ser verdades. Y lo mejor de todo: que te den las cosas bien pensadas y bien mentidas evita  que tengas que hacer el esfuerzo de plantearte las cosas (mucho mejor, donde va a parar…).

            Nos mienten los medios ofreciéndonos información opinada de opinión desinformada. Nos mienten nuestros ¿dirigentes? Empleando la lógica contra la lógica, repudiando la moral a la vez que recurren a ella , induciéndonos a la inconsciencia y luego haciéndose los inconscientes para no reconocer sus actos de sugestión (el prometo hasta que te la meto, y una vez metido adiós a lo prometido de toda la vida vamos). Nos mienten las religiones, invenciones que venden a su rebaño de yonkis la droga más dura que existe a cambio de su ciega obediencia, a cambio de su vida.

Todos tienen algo en común: son traficantes de miedo, maestros de la confusión. Titiriteros que mueven los hilos a placer , que crean problemas de la nada pero desvían la culpa hacia otro lugar  canalizando el odio de todos los “miedocres” hacia él  y eliminando todo lo que pueda hacer pensar que ellos fueron la causa de algo. Pero ante todo son bondadosos,  cuando más desesperado estás, cuando ya parece que todo es una mierda te venden la tan ansiada solución a ese problema a un precio módico que incluso puedes pagar a plazos.

Sin embargo, es fácil reconocer la mentira. Si cuando hablas nadie se ha molestado es que no has dicho nada en absoluto. Estamos tan acostumbrados a la mentira que hasta las verdades parecen falsedades. Nadie te cree  cuando hablas con el corazón. Tal vez lo más duro de todo sea ofrecer a otra persona la más profunda de tus verdades y que crea en su interior que todo lo que estás diciendo es mentira. No se puede retroceder en el tiempo ni se puede vacunar a nadie contra la mentira. Poco a poco,  eso te conduce a dudar de ti mismo y lo siento mucho pero para cuando empieces a pensar que tú mismo eres una mentira  ya estarás perdido, estarás diciendo la verdad.

Señores, antes bordes que hipócritas. Pero ante todo supervivencia,  no todo consiste en decir siempre lo que se piensa, pero sí en no ir nunca en contra de nuestras propias ideas.

Señores: “podrán engañar a todos durante algún tiempo, o a algunos durante  todo el tiempo; pero no podrán engañar a todos durante todo el tiempo. Su tiempo, como nuestra paciencia, se está agotando”.

martes, 16 de agosto de 2011

Si no estás ocupado viviendo, estás ocupado muriendo...


“Un hombre escribe para deshacerse del veneno que ha acumulado día tras día debido a su falsa forma de vida. Escribe tratando de recuperar su inocencia, pero todo lo que consigue hacer es inocular el virus de su desilusión al resto del mundo. Ningún hombre podría escribir una sola palabra en el papel si tuviera el coraje de vivir lo que hay escrito en él…” 
Henry Miller

Son  tiempos jodidos para ser incoherentemente coherente, prudentemente impulsivo y premeditadamente espontáneo. Parece ser que es inmaduro pensar contra uno mismo y tratar de intuir en lugar de razonar. No es inteligente sentir. Pero no hay que preocuparse, si por algún casual se te ocurre plantear un imposible aparecerá toda esa puta masa de fracasados que inmersos en su asquerosa rutina (mezcla de envidia, odio, excusas y soberbia a partes iguales) tratarán de derribarte e incorporarte en el implacable engranaje social. Dicen ser felices, pero la realidad es que su vida se va consumiendo poco a poco sin que puedan hacer nada; viven del recuerdo de un pasado mejor inmersos en un presente que no les pertenece, un presente al cual han renunciado a cambio de la promesa de un futuro mejor. Por supuesto,  un futuro prostituido por la Iglesia, el Estado y demás grandes corporaciones que permiten que hagamos insignificantes planes para ser felices el día de mañana , no sea que se nos ocurra ser felices hoy que eso ni cotiza, ni renta. 

Naces, con suerte con todas las necesidades cubiertas, recibes una educación penosa no por los profesores que tienes sino por los contenidos que el Estado considera los apropiados. Ni se te ocurra ir un poco más allá o pronto tendrás a la temida legión de fracasados dispuesta a evitar a toda cosa que te salgas del molde. Llegados a este punto se te presenta la alternativa más jodida , eliges o endurecerte en tu soledad, o pulirte al contacto con la sociedad. Si tienes algo dentro de la cabeza serás capaz de mantener un equilibrio que te permita ser un feliz engranaje más unas horas al día y un triste soñador aislado el resto de la jornada. A estas alturas empiezas a plantearte qué piensas hacer con tu vida, de nuevo otra elección: seguir el camino (que ya parece una autopista con peaje incluido por la cual han desfilado el 99% de las personas de este mundo) o bien arriesgarte, ir contra lo que es considerado prudente. 

Arriesgarse es enfrentarse a todo aquél que cree estar seguro de algo, idiotas a los que se les escucha la ignorancia salir de su boca, a los que se les aprecia la idiotez brotar de su cabeza y a los que se les ve el miedo reflejado en sus ojos. Vale la pena quedarse con sus caras porque te van a acompañar siempre , te van a joder todos los días  y van a intentar contagiarte ese miedo al fracaso, ese miedo al qué dirán, ese miedo a perder lo que tienes, ese miedo a conseguirlo, ese miedo a tener razón. 

Hoy  quiero conocer a mi mayor enemigo; hoy me niego a creer que quien renuncia a arriesgarse es más feliz, ríe más y sufre menos; hoy dejo de palmar poco a poco; hoy elijo; hoy tengo más proyectos que recuerdos; hoy ...

Virtualmente han pasado unos segundos desde que he terminado de escribir el anterior párrafo, pero en mi vida han sido un par de meses por lo menos en los que la ostia contra la realidad ha sido por lo menos épica. No voy a explicar el motivo, porque ya es un recuerdo que ha sido sustituido por un proyecto , pero si algo sé ahora mismo sobre la vida es que te puedes ir olvidando de la tontería de ser feliz, bastante tienes si consigues ser el dueño de tu futuro. Que a partir de ahora pienso dedicar toda mi vida a algo de lo que jamás me quiera jubilar aunque cueste pagar las facturas y aunque el gilipollas de turno me pregunte por qué siendo tan inteligente ( lo cierto es que viniendo de semejantes capullos , que a uno le consideren inteligente debería ser considerado un insulto) estudio informática en vez de derecho o medicina , si total me daba la nota. Que nada merece la pena sin tener a alguien al lado que te anime a hacer cosas de las que jamás te creístes capaz y que se cargue todos tus principios, valores, tus yo nunca y tus yo que va. 

Hoy me deshago de dos emociones inútiles del pasado, el arrepentimiento y la culpa; a la vez que  mando a la mierda la preocupación y comienzo a apreciar lo que tengo. 

Pues sí , que puta es la vida, hoy parece ser que empezaré a trabajar, eso sí en algo que realmente me gusta sin abandonar nunca las ganas de cambiar las cosas por imposibles que parezcan. Dispuesto a arriesgarme y fracasar, y caer , aunque sea en la cuenta.

"Lo que distingue al hombre insensato del sensato es que el primero ansía morir orgullosamente por una causa, mientras que el segundo aspira a vivir humildemente por ella"
J.D. Salinger , El guardián entre el centeno