"En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario."
George Orwell
Mentiras. Mentiras políticas, mentiras informativas, mentiras manipuladoras, mentiras de odio, mentiras de educación, mentiras piadosas; en el fondo, todo mentiras. Pero bueno, una vez te acostumbras tampoco está tan mal; de hecho hay mentiras tan buenas que merecen ser verdades. Y lo mejor de todo: que te den las cosas bien pensadas y bien mentidas evita que tengas que hacer el esfuerzo de plantearte las cosas (mucho mejor, donde va a parar…).
Nos mienten los medios ofreciéndonos información opinada de opinión desinformada. Nos mienten nuestros ¿dirigentes? Empleando la lógica contra la lógica, repudiando la moral a la vez que recurren a ella , induciéndonos a la inconsciencia y luego haciéndose los inconscientes para no reconocer sus actos de sugestión (el prometo hasta que te la meto, y una vez metido adiós a lo prometido de toda la vida vamos). Nos mienten las religiones, invenciones que venden a su rebaño de yonkis la droga más dura que existe a cambio de su ciega obediencia, a cambio de su vida.
Todos tienen algo en común: son traficantes de miedo, maestros de la confusión. Titiriteros que mueven los hilos a placer , que crean problemas de la nada pero desvían la culpa hacia otro lugar canalizando el odio de todos los “miedocres” hacia él y eliminando todo lo que pueda hacer pensar que ellos fueron la causa de algo. Pero ante todo son bondadosos, cuando más desesperado estás, cuando ya parece que todo es una mierda te venden la tan ansiada solución a ese problema a un precio módico que incluso puedes pagar a plazos.
Sin embargo, es fácil reconocer la mentira. Si cuando hablas nadie se ha molestado es que no has dicho nada en absoluto. Estamos tan acostumbrados a la mentira que hasta las verdades parecen falsedades. Nadie te cree cuando hablas con el corazón. Tal vez lo más duro de todo sea ofrecer a otra persona la más profunda de tus verdades y que crea en su interior que todo lo que estás diciendo es mentira. No se puede retroceder en el tiempo ni se puede vacunar a nadie contra la mentira. Poco a poco, eso te conduce a dudar de ti mismo y lo siento mucho pero para cuando empieces a pensar que tú mismo eres una mentira ya estarás perdido, estarás diciendo la verdad.
Señores, antes bordes que hipócritas. Pero ante todo supervivencia, no todo consiste en decir siempre lo que se piensa, pero sí en no ir nunca en contra de nuestras propias ideas.
Señores: “podrán engañar a todos durante algún tiempo, o a algunos durante todo el tiempo; pero no podrán engañar a todos durante todo el tiempo. Su tiempo, como nuestra paciencia, se está agotando”.